SENSEI CHRISTIAN TISSIER EN CHILE Y ARGENTINA 2010

Poder contar qué es compartir con el Sensei Christian Tissier durante una semana se puede describir en el título que le fuera otorgado hace algunos años por Hombu Dojo. Shihan, es el título que acompaña a un Sensei cuando su experiencia técnica ha alcanzado niveles superiores y pasa a ser un profesor o maestro modelo. Más allá de lo esperado a nivel técnico, en lo personal, pienso que el título debe de englobar la imágen integral de la persona. Me refiero a su proceder y actuar no tan sólo mientras desarrolla su rol de profesor, sino también cuando se desenvuelve en los ámbitos más comunes del diario vivir. En mi opinión, esta característica define muy bien a Sensei Tissier ya que su capacidad de empatía, capacidad de adaptación, su prudencia, su actuar con gracia y gentileza son un denominador común que lo hace ser una persona muy coherente en los ambientes cotidianos y también en los espacios del tatami.
Después de varios años de venir a nuestro país siento que ha encontrado un resultado aceptable en nuestro trabajo, que facilitó en esta ocación que profundizara mucho en sus explicaciones y compartiera detalles importantes en el estudio de sus planteamientos sobre el Aikido. Por primera vez tuvimos en Chile un seminario de 4 días donde el tiempo permitió que desarrollara un trabajo más acabado en las bases del kenjutsu y por consiguiente pudiera explicar mejor el trabajo de cuerpo. El interés que mostró la gente en ahondar sobre los procesos que encierran las técnicas lo estimuló a fomentar mejores actitudes del Uke para el correcto aprendizaje. Enfatizó en el momento en que deben encontrarse los puntos de unión, la manifestación de los ejes y las intenciones precisas para que las técnicas se desenvuelvan con naturalidad. Los principios de trabajo relacionado entre espíritu, sable y cuerpo quedan estampados con el sello de sus palabras inspiradoras, al señalar que sus propuestas de creación personal las comparte con nosotros con el fin de hacernos soñar.
Terminadas sus clases en Chile tomó un vuelo a Buenos Aires a donde viajamos algunos Chilenos con la idea de aprovechar al máximo su enseñanzas y quizás acercarnos un poco más a la comprensión de sus teorías. Allí participamos de las clases que realizó tanto en el dojo central de la Asociación Argentina de Aikido como en el seminario masivo organizado por dos días.
Después de 7 días de práctica quedan aún muchas dudas y cuestionamientos, pero por sobre todo sobra gratitud hacia el maestro, que dedicó su mejor disposición y tiempo a intentar responder todo tipo de preguntas, siempre con la sencillez y dedicación que sólo los verdaderos maestros modelo pueden demostrar.
Por supuesto hay que agradecer a la Federación Deportiva Nacional de Aikido y al Sensei Jorge Rojo por la posibilidad que nos dieron de estar una vez más cerca de esta eminencia del Aikido.

En las galerías encontrarán fotos de su visita.

Michel.