El fundador del Aikido fallecío el 26 de Abril de 1969 a las 17:00 hrs. Luego de tantos años desde su partida es cada día más difícil acercarse a la verdadera esencia de su legado. No podemos dejar de recordarlo y tenerlo presente siempre, en especial cuando estamos sobre el tatami. Sus enseñanzas deben ser eco permamanete en nuestra práctica. Les adjunto a continuación algo de sus propias palabras.
(Disculpen la redacción pero traté de no modificar mucho las palabras en la traducción)
Enseñanzas del Fundador
La Esencia de la técnica:
La apariencia de un "enemigo" debe de ser pensada como la oportunidad de probar la sinceridad de nuestro entrenamiento mental y físico, debe servir para ver si uno esta realmente respondiendo de acuerdo a los deseos divinos. Al momento de enfrentar los límites entre la vida y la muerte, ante la espada del enemigo, uno debe estar firmemente asentado en mente y cuerpo, de ningun modo intimidado; sin entregarle a tu oponente la más mínima apertura, controla su mente en un instante y muévete donde desees - de frente, diagonal o en cualquier otra dirección apropiada. Entra profundamente, tanto mental como físicamente, transforma
tu cuerpo entero en una verdadera espada y derrótalo. Esto es yamato-damashii, el principio detrás del sable divino que manifiesta el alma de nuestra nación* ( *Japón).
En esencia, la espada es el alma del guerrero y la manifestación de la verdadera naturaleza del universo; así, cuando desenvainas una espada sostienes tu propia alma en las manos. Comprende que, cuando dos guerreros se enfrentan con espadas, el cuerpo y el alma de cada individuo es iluminado a medida que se unen en un mundo que necesita deshacerse de la falsedad y el mal. "Un enemigo que aparece a lo largo" del Gran Camino, del divinamente inspirado manejo del sable, habilita a un guerrero a estimular principios universales, y así sirve como ayuda a la armonización de todos los elementos en el cielo y la tierra, cuerpo y alma, glorias que perduran
por siempre.
Nuestros ancestros iluminados desarrollaron el verdadero Budo basándose en humanidad,
amor y sinceridad; su corazón consiste en sincera valentía, sincera sabiduría, sincero amor y sincera empatía. Estos tres principios espirituales debieran ser incorporados en una sola y única espada de entrenamiento diligente; constantemente forjando el espíritu y el cuerpo y permitir que el brillo de la cambiante espada sea permeable a tu cuerpo entero.
Los deportes son ampliamente practidados hoy en día y son buenos para el ejercicio físico. Los guerreros también entrenan el cuerpo, pero también usan el cuerpo como vehículo para entrenar la mente, calmar el espíritu y encontrar el bien y la belleza, dimensiones que no poseen los deportes. El entrenamiento en Budo nutre el valor, la sinceridad, la fidelidad, el bien y la
belleza así como fortalece el cuerpo y lo hace saludable. El Camino (Do) es excesivamente vasto. Desde tiempos muy antiguos hasta el presente, incluso los grandes sabios fueron incapaces de
percibir y comprender la completa verdad; las explicaciones y enseñanzas de los maestros y santos sólo expresan parte del "Todo". No es posible para cualquiera hablar de tales cosas en su
totalidad - sólo encamínate hacia la luz y el calor, aprende de los Kami y a través de la virtud de una práctica devota vuélvete "Uno" con lo divino. Busca la iluminación a lo largo de este extremo.
El texto es de Ueshiba Morihei de las recopilaciones publicadas en el libro BUDO.